21 enero 2008

2008/01. TORRE-RASCACIELOS DE OFICINAS. SEVILLA

La ciudad

La ciudad de Sevilla ha experimentado a lo largo de su historia cambios en su morfología en su mayoría producidos por una serie impulsos urbanos y arquitectónicos, esto provocaba que la ciudad vibrara, y se desarrollara. Así Sevilla nos ha concedido edificios como la Giralda o La Torre del Oro. En otra época, gracias a su condición de Puerto de Indias experimentó un gran auge y crecimiento, pero se sometió al paso del tiempo perdiendo poco a poco esplendor. Las Exposiciones del siglo XX de nuevo tensaron la cuerda de la ciudad, que volvió a engalanarse para la ocasión. En la actualidad, la ciudad en cuyo caserío, plazas y parques podemos ver reflejado el paso del tiempo experimenta otro impulso. Las nuevas propuestas urbanas de edificios en altura buscan nuevas formas de ciudad, son hitos de nuestro tiempo. Estamos ante una nueva vibración.



La torre

El edificio cuenta con un total de 46 plantas más 4 sótanos, y alcanza una altura de 185 m sobre la rasante. El acceso principal es por el este, a través de la plaza sobre-elevada con respecto a la rasante de la calle. Se accede a la planta baja que básicamente se destina a información y recepción, y cuenta con una doble altura que comunica con el restaurante. Por el oeste a nivel del parque urbano encontramos el acceso a la planta cafetería-restaurante, es de carácter público y desde ésta se puede acceder directamente al aparcamiento. La planta base del edificio es circular. La geometría del edificio surge de la agrupación cada 2 plantas entre sí formando bandejas, éstas se superponen unas a otras bajo un núcleo común pero variando la posición de su eje central con respecto al núcleo. De esta manera da la sensación de que el edificio está vibrando y como consecuencia las plantas se desplazan lateralmente generando un alzado quebrado distinto desde cualquier punto de vista. El desfase de unas plantas sobre las otras genera un espacio exterior en la inmediatamente superior, este espacio se convierte en terrazas al aire libre como lugar de descanso y desahogo para las plantas de oficinas. A medida que se asciende en altura va disminuyendo el diámetro del círculo de la planta base, de tal manera que el edificio es ligeramente telescópico y así consigue una formamás estilizada. Bajo la torre se desarrolla un aparcamiento de 4 niveles con accesos rodados desde la calle norte, y accesos peatonales desde la plaza, el parque y el propio edificio. Estéticamente la fachada del edificio está formada por un aplacado en tonos claros blancos y grises que lo hacen difuminarse en el horizonte. El sistema estructural hace posible la fachada libre con una ventana corrida en cada planta que rodea la envolvente de la torre. Las circunstancias climatológicas que caracterizan a Sevilla por las elevadas temperaturas y la fuerte radiación solar hace necesario optar por un sistema protector de radiación formado por lamas orientables.







El sistema estructural

La estructura del edificio está formada por un núcleo de hormigón armado de gran espesor y de directriz recta, reforzado con 8 pilares apantallados interiores radiales que le confieren mayor inercia. Dentro del núcleo rígido de hormigón se insertan los elementos de comunicación vertical, escaleras y montacargas, y las instalaciones. Los pilares apantallados radiales sirven de apoyo para las vigas de carga de los forjados. La dualidad del sistema estructural (núcleo-pilares) es el que cumple con la función resistente. Los forjados son pretensados, así resistirán mejor las cargas en vuelo, y están constituidos por vigas jácenas metálicas que apoyan del núcleo a los pilares y su prolongación hasta el perímetro del edificio es en voladizo ya que los pilares están retranqueados respecto a la fachada. Con este sistema estructural de elemento resistente central se permiten fachadas continuas y plantas diáfanas, con libertad de movimiento y aptas para albergar el programa de oficinas previsto.




La ordenación del entorno

La ordenación del entorno y el espacio público que se desarrolla a los pies de la torre busca la conexión de los fragmentos de la ciudad existente que se han debilitado con el tiempo, la Isla de la Cartuja y la ciudad. En un solar de esta envergadura la ordenación se asemeja más a una intervención urbanística que a una operación puntual, por tanto es importante marcar la continuidad entre las partes para evitar el vacío urbano. Con la ordenación del sector se intenta continuar la prolongación e influencia del parque del Alamillo al resto de la ciudad mediante una topografía natural escalonada tratada con espacios verdes que articulan el solar por el oeste y de norte a sur. Al este del solar se genera una topografía artificial formada por bandejas o plataformas tratadas con pavimentación a diferentes niveles que van ascendiendo hasta confluir con el espacio verde en una línea de intensidad máxima. En este punto surge la torre como una forma difusa y vibrante emergida del terreno natural. Su ubicación busca potenciar visualmente la imagen del edificio en la ciudad.

El terreno propuesto tanto por su forma trapezoidal y arbitraria como por su posición bordeando la ribera del río entre dos fragmentos de ciudad sugiere una composición a base de formas naturales pero aleatorias tal y como procede la propia naturaleza, con un diálogo entre lo orgánico y lo artificial. El terreno se moldea a base de pliegues formando terrazas escalonadas que miran al río. En ellas se alternan las zonas de estancia y paseo, el ocio y la reflexión. La presencia de la vegetación es notable pero a su vez moderada. Al este en la zona de acceso a la torre, donde el solar mira al tejido urbano la respuesta es más tranquila y sugiere un movimiento más lento, las plataformas escalonadas son pavimentadas con ausencia de vegetación y converge con la zona verde en la torre como la unión de dos tejidos urbanos distintos.





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